Al llegar a la cafetería, tomó una bandeja para luego colocar una manzana, jugo de naranja y una hamburguesa, yendo a sentarse junto a Terra y Bloom.

Las demás chicas no tardaron en llegar, para luego sentarse al lado de las chicas.

—Bien, podríamos hacer una lista de... —empezó diciendo Aisha.

—Aisha, te lo agradezco mucho pero puedo resolverlo sola —le respondió.

—No lo dudo, pero creo que estas ansiosa por ser una suplente y por eso te cuesta —antes de terminar, la pelirroja la miro perpleja.

—Así que todas lo saben —dijo Bloom y todas asintieron.

—Por eso te pusiste así en la vasija... —antes de que Terra pudiera seguir hablando, fue interrumpida por Aubrey.

—Creo que es algo que debería resolver Bloom a su manera, es algo personal y no debemos meternos en ese asunto —contestó, mientras le daba un mordisco a la hamburguesa.

Las chicas se quedaron calladas, pero la menor pudo ver como la pelirroja le agradecía en voz baja, se imaginaba lo que sentía, sabe que si a ella le hubiera pasado lo de ser una suplente, posiblemente se habría sentido muy mal.

Stella apareció de la nada junto con Sky, colocando un mapa encima de la mesa.

—Escuchen, tenemos un plan para recuperar mi anillo —empezó a decir la rubia, mientras miraba fijamente a la castaña.

Terra empezó a contar los distintos lugares que hay en el mapa, generando algo de confusión y cansancio en la menor, ya que le había dicho demasiada información en apenas unos minutos.

Aubrey no podía apartar su vista de la rubia y eso lo pudo notar su hermano, pero prefirió no decir nada.

—Entonces en el granero es donde encerraremos a la bestia para recuperar mi anillo —repitió Stella luego de apartar su mirada, todos asintieron.

—Es gracioso que digas que nosotras, cuando tú lo perdiste —atacó Aisha.

—Pero yo no lo perdí —le respondió con una sonrisa falsa.

—¿Cuándo vamos? —dijo ahora Bloom.

—Seré honesta, no te controlas y cuando lo haces, es porque canalizas la magia —volvió a hablar Aisha.

—Recuperaré el anillo de cualquier forma —respondió.

—¿Pueden dejar de discutir? Aisha, deberías empezar a saber donde meterte y a como decir las cosas y tú, Bloom, deberías empezar a hacer caso a lo que te decimos, porque buscamos tu bienestar, es normal que no puedas controlarte, nadie lo hizo a la primera —la miró fijamente.

—Pero tú pudiste —dijo Bloom.

—Ni yo sé como lo hice, pero eso no significa que sea experta, no sé como activarlo, tú lo sabes pero no controlarlo, así que tienes una ventaja —bebió de su jugo de naranja rápidamente, tomando la manzana con su mano— cuando vayan a recuperar el anillo, avísenme, iré con ustedes para ayudarlas y espero que cuando vuelva a verlas, no vuelvan a discutir o pelear —le dió un mordisco a la manzana— nos vemos Sky —le dió una diminuta sonrisa a su hermano, para luego irse de ahí.

Stella pudo notar la molestia que tenía Aubrey y se dió cuenta que no estaba bien, cuando la castaña empezó a agarrarse la cabeza por el dolor que sentía.

—¿Estás bien? —se acercó a la menor, colocando sus manos en su cuerpo, parecía que iba a perder el equilibrio.

—Me duele mucho la cabeza —dijo en voz baja.

La rubia llevó una de sus manos a la frente de ella, notando que tenía la temperatura muy alta.

—Estás volando de fiebre, Aubrey —dijo con preocupación, iba a llamar a Sky pero ya estaban cerca de su habitación y lejos de la cafetería, mediante el celular, era dudoso que le responda— te llevaré a mi habitación, necesitas acostarte.

Con esfuerzo, logró llevarla a la habitación, para luego acostarla en su cama e ir corriendo al baño a buscar un trapo y mojarlo, para luego colocar este en la frente de la chica.

—¿Sabes que te ocurrió? —le preguntó y ella negó, no entendía nada— no te preocupes, voy a cuidarte y no me iré de tu lado —tomó la mano de ella, dejando leves caricias en esta con su pulgar.

—Te amo, Stella... —dijo en voz baja, debido a la fiebre que traía, estaba delirando y no se percató de ello.

La rubia escuchó lo que dijo, pero prefirió ignorarlo, seguramente era por la fiebre, aunque su corazón al escucharlo, había comenzado a latir el doble de fuerte.

La castaña cerró sus ojos, mientras empezaba a decir cosas sin sentido, magia empezó a brotar de sus manos, de la nada plantas aparecieron en la habitación, luego lluvia y otras cosas más, esto se estaba descontrolando y se estaba volviendo un caos.

La mayor intentó hacerla reaccionar para detenerla, intento utilizar su magia para acomodar el desastre pero le era imposible hacerlo, a medida que arreglaba algo, nuevamente empezaba a salir otra cosa de la mano de ella.

—Aubrey, necesito que te detengas —volvió a repetir, aún tomando su mano con la suya.

La academia empezó a moverse, al parecer también podía amplificar los poderes que tenía y al poseer el de Tierra, podía generar sismos y movimientos.

Las chicas no tardaron en aparecer en la habitación, no entendían que ocurría y allí, se dieron cuenta que todo lo originaba Aubrey y que por sus gestos y quejidos, no estaba del todo bien.

—¿Qué ocurre? —preguntó Sky al llegar unos minutos después y entrar rápidamente a la habitación.

—Es tu hermana, tiene mucha fiebre —le dijo rápidamente Stella, sin dejar aún de tomar la mano de la chica.

El rubio se acercó a la menor, sentándose del otro lado y tomando con su mano, su otra mano libre.

—Aubrey, necesito que te recuperes, porque no puedo perderte —susurró con angustia e impotencia su hermano, le dolía verla tan frágil y débil en aquella cama— gracias por traerla a la habitación y cuidarla —le dijo a Stella, ya que sabía que ambas se apreciaban mucho y aún más su hermana a ella.

—No es nada, pero ojalá se mejore pronto —susurró, mientras dejaba un beso en la mano de ella, realmente le preocupaba la salud de la menor.

Sky y Bloom miraron la escena con atención y sonrieron a la vez, ambos empezaban a comprender lo que sucedía. Aubrey ya sabía desde hace mucho lo que le pasaba con la rubia, pero faltaba que Stella descubriera lo que siente por la castaña, ya que era nuevo para ella.

Su hermano nunca se había dado cuenta del interés y amor que sentía la castaña por la rubia, pero ante las miradas de hace rato y debido el acercamiento que tenían ahora y hace bastante tiempo, logró comprender lo que le ocurría y esperaba que Stella logrará corresponderle cuando fuera el momento oportuno, odiaría ver a su hermana llorando o con el corazón roto.

—Iré a ver si puedo hacer alguna cura o antídoto con mis plantas, aunque no puedo garantizar nada —aclaró Terra.

—No importa, cualquier cosa que pueda ayudarla, es mejor que no hacer nada —respondió Stella, siendo apoyada por el rubio.

La castaña salió rápidamente de la habitación, yendo hasta el invernadero.

—Nosotras iremos a distraer a la directora y el resto, para que no se enteren de lo que sucede y la consideren un peligro —dijo Musa, para luego salir con las chicas de ahí.

—Nosotros iremos a ayudar a Terra, para ver si con nuestra ayuda, logra terminar más rápido el antídoto —propuso Bloom y él aceptó rápidamente.

—Cualquier cosa llámame, te atenderé y más si es por algo que le sucede a mi hermana —le recalcó la última palabra a la rubia, para luego levantarse, no sin antes dejar un beso en la frente de su hermana— espero que te mejores pronto, princesa —dijo con una leve sonrisa, para luego irse de la habitación con Bloom.

Nuevamente ambas chicas habían quedado solas en la habitación, una estaba delirando, mientras que la otra estaba perpleja por la situación, tampoco lograba comprender que le ocurría, ni lo que sentía.

—¿Qué me sucede? —se preguntó en voz baja a sí misma, pero simplemente no tenía una respuesta.

Largo un suspiro, para luego volver a fijar su mirada en la castaña, dejando leves caricias en la mejilla de ella, mientras sus ojos se dirigían a sus labios y luego a sus ojos, los cuales extrañaba hace rato.

—Necesito que te mejores, porque no me imagino no tenerte en mi vida, eres parte fundamental de está y eres mi otra mitad —no sabía en que momento había ocurrido todo esto, pero estaba dejando salir todo lo que tenía guardado, a pesar que ni ella misma supiera la respuesta— por favor, lucha para salir adelante —pidió en súplicas, para luego recostar su cabeza contra el pecho de la menor, abrazándola con su brazo, el cual se encontraba alrededor de su cintura.

La ojiazul apenas podía reaccionar, estaba perdida en su mente y cada recuerdo se volvía cada vez más confuso, aparecían cosas de la nada en su cabeza, incluso recordando lo que sucedió cuando tocó la esfera, todo pasaba como si fuera un cortometraje pero seguido y con rapidez.

Aún así estaba consciente del mundo exterior, podía escuchar las voces de las personas, lo que le decían, aunque no podía reaccionar, su cuerpo no lo permitía, deliraba por la fiebre y a pesar de que no quería decir algunas cosas, las terminaba soltando sin más.

Al escuchar lo que Stella le dijo, su corazón empezó a latir con rapidez, al parecer este si lograba reaccionar, aunque su cuerpo no. Quería gritarle que la amaba, que ella era su otra mitad y que siempre lucharía para estar con ella, pero parte de ella seguía en duda, porque no sabía lo que realmente la rubia sentía por ella.